- Crear analogías que nadie entienda, iniciando con las palabras “como” o “cual”.
- Luego escoja un sustantivo al gusto, preferiblemente uno que suene enigmático, es decir, como “cascada” o “muro” en lugar de “teléfono” o “chicle”.Agregue un adjetivo antes y uno después de su sustantivo. NINGUNO TIENE QUE TENER NADA QUE VER CON EL SUSTANTIVO. Si cualquiera de los dos termina con las letras “az” o sus plurales (“aces”), mejor.
- Añada un "dueño" o "lugar", por llamarle de algún modo: cualquier sentimiento, situación o sitio abstraccto. Evítense palabras como “parque”, “microbús” y esas cosas, más bien diga “tinieblas”, “hastío” o “soledad”. Puede ser más de uno.
- Concluya la analogía con una cursilería modificada con palabras rebuscadas, por ejemplo, cambie “así te fuiste y me quedé llorando” por “así fue como partiste y yo yací envuelto en un eterno llanto”.
- Por último, en caso de que hagan falta sílabas para que el verso quede adhoc, agregue cualquier adjetivo que suene fuerte; si incluye las consonantes C, R, D, T y/o G, muchísimo mejor.
Producto final:
“Cual salaz muro lluvioso
en las tinieblas del hastío,
así fue como partiste
mientras yo yacía envuelto
en un eterno llanto cruel”.
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