17.1.15

Iceberg y meteorito

Me volví a enamorar. Sí, es cierto. Sin la mínima pizca de sarcasmo. Es más, desearía con todo mi ser que fuera sarcasmo, que esto fuera otra de mis entradas irónicas y odiosas con humor ácido y que, aunque solo me den risa a mí, las publico, y más de alguien sin nada mejor que hacer, las lee.

¿Ahora sí me creen que me enamoré? Es fácil saber que es cierto, a juzgar por la última parte del párrafo anterior: nivel deplorable de autoestima (temporal, considero); no se diga esta maldita necesidad de justificarme que ya me tomó dos párrafos inútiles y sin contenido, pero que igual leyeron. En fin...

Tres años. Tres malditos años sin sentir nada especial por nadie. Soy de esos despreciables seres "humanos" incapaces de demostrarle cariño a su propia madre (excepto cuando me tomo un par de cervezas). No recuerdo un solo "te quiero" sincero desde finales del 2011. Hasta hoy. Me llevan todas las putas. Y me llevan, porque de tantas combinaciones que el caos pudo crear, eligió la que mejor le hace honores a su nombre. ¿Tan improbable era, realmente, que A MÍ, me tocara un poco menos de mierda?

Sí, me enamoré... y lo sé, lo supe cuando empezó, y sé que es un maldito desorden hormonal por dopamina y cortisol, y ya. No la quiero. No la amo. No me gustaría vivir hasta los momentos más oscuros, si fuera a su lado; en realidad, hasta sería capaz de engañarla y hacerle daño indirectamente, por tenerla. Sí, así como Dios hacía que Ramsés cambiara de opinión, solo para mandarle otra plaga y demostrar su poder.

Pero no puedo. Me siento mal, y por eso creo estar seguro de que la voy a cagar... más. Con anclajes y psicología, y un poco de maldad, se enamoran las mujeres estúpidas. Y también las inteligentes, como ella. ¡Pero no puedo, carajo! Y no puedo porque me enamoré, y tengo el estúpido y emocional impulso de que me conozca, que sepa cómo soy, de darle el control, cosa que me deja fuera del juego.

Es jodidamente hermosa, es agradable. También es muy inteligente, mentirosa, culera y egoísta, como yo. Le vale un carajo la gente a su alrededor, pero les sonríe y les cae bien... o sea que es hipócrita, como yo. Tenemos similitudes que van más allá de lugares comunes y pendejadas cualesquiera, nos parecemos en temperamento, carácter, ideas y misantropía oculta. Sí, somos un par de putas almas gemelas, y ni desenamorándome voy a dejar de pensarlo, porque eso lo pensé y lo deduje, no lo sentí. Eso es lo peor de todo.

Ella no se quiere a sí misma, ni se conoce -yo la conozco mejor-, tiene baja autoestima, su control emocional es una larva perdida en medio de una tonelada de mierda, pero transmite seguridad a todos a su alrededor; todos, excepto a mí. Yo me quiero, me conozco, solía tener autoestima y un control emocional de poca madre, pero soy invisible para todo el mundo; todos, menos para ella. Bueno, la verdad ya no. Poco a poco cambiamos de roles, ¿pero cómo carajos darnos cuenta, si somos tan parecidos? Mierda.

Como un choque de un iceberg con un meteorito. Sí, el meteorito soy yo: más fuerte y destructivo; ella es el iceberg: creciendo o derritiéndose, sin joder a nadie. Pero el meteorito, así destruya al iceberg, se muere, se vuelve arena del mar. El iceberg solo se fusiona con el mar, ese que lo derrite a diario y se lo lleva a donde quiera; unido a su peor verdugo, se traga al meteorito: ese iluso que se creía poderoso.

Al final sé que no. Ella es ella, yo soy yo. Es por eso que me enamoré, y ella cada vez se aleja más. Yo, tan encantado conmigo mismo, que mi egoísmo hace que cada vez me enamore más de mí, pero en el cuerpo de una chava hermosa. Ella, tan incapaz de amarse a sí misma, que su inestable psique cada vez repele más a su "yo" proyectado en mí. La roca y la hoja. Lástima que esto me importe tanto a mí y le valga tanta verga a ella, que a cada paso que doy, más se nutre de amor propio quitándome el mío, más estable queda su suelo con cada tabla de mi puente que por pendejo le doy; por eso lo de "cada paso que doy"... porque ella está ahí, parada, esperando a verme caer cuando termine de despojarme, o a verme dar la vuelta cuando algún hijueputa llegue por el otro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Comentarios?

Sólo un segundo (cover) - fjt